Soy madre de un pequeño de 3 años y a partir del
artículo ''Desenchúfalo...iy a jugar!, me puse a pensar
en el tiempo que le dedico a mi hijo. Todos los días,
cuando llego a mi casa, mi prioridad es mi hijo y nos
turnamos con mi marido para ver quién cocina y quién se
tira en el piso a jugar con Santiago. Nuestro hijo tiene toda
tecnología a su disposición, porque su papá es técnico
en sistemas, pero cuando llegamos a casa después de
un agotador día laboral, nos desenchufamos los tres y
usamos cualquier cosa que tengamos a mano: una pelota
o una sábana para divertirnos. Esa pequeña terapia de
risa es altamente curativa contra los bajones anímicos,
contra el estrés, contra los pequeños enojos cotidianos,
contra todo. OVIEDO,
OVIEDO, P. Sophia, n. 130, ago. 2012 (adaptado).
O texto é uma carta de leitor sobre a reportagem
''Desenchúfalo...y a jugar!, publicada em uma revista.
Ao relatar sua experiência pessoal, a leitora retoma o
tema da reportagem e confirma a necessidade de